UNA MARAVILLA QUE CONTIENE MARAVILLAS

¿Ya contactaste a tu acompañante de lujo de zona norte? Muy bien. Entonces vamos a ponernos en marcha hacia un lugar de belleza incomparable.
Está en una suerte de Venecia rústica y cuasi selvática. Es la localidad del Tigre, en el norte de la provincia de Buenos Aires, no demasiado alejada de la ciudad capital. Es muy fácil llegar por diversos medios, incluso acuáticos.
Y vale la pena en todos los sentidos imaginables, especialmente para ver un monumento nacional incomparable.
Esplendores pasados que disfrutamos hoy
A principios del siglo pasado, Argentina era uno de los países más ricos del mundo. Tenía una elite gobernante con ideas avanzadas (la famosa “Generación del 80”). Supo transformar el país agrícola-ganadero en una potencia mundial.
Para esa cultísima aristocracia, la arquitectura de la “Belle epoque” francesa y la renacentista italiana eran la cumbre de la elegancia. Entonces, en 1909, Ernesto Tornquist, Luis García y Emilio Mitre (todos de clase alta) se asocian para fundar un club. Deseaban practicar golf, tenis, regatas y juegos de azar al mejor estilo europeo. Y crean la “Sociedad Anónima Tigre Club”, que encarga el proyecto de un fastuoso edificio y su posterior construcción a la vera del río a la firma Dubois & Pater. Franceses, como no podía ser de otra manera, y entre los más solicitados por los millonarios del país.
En aquellos años, el dinero era lo que sobraba. Y no se fijaron en costos. El edificio resultante es un gran ejemplo de eclecticismo y admiración por lo europeo. Algo frecuente, que también puede verse en otras construcciones de los mismos arquitectos y en la misma época.
Su exterior muestra columnas de estilo greco romano, con una mansarda de tejas y dos torres. Entre 1912 y 1913 se construyó una pasarela que lo une con el río. También tenía un casino al costado, inaugurado en 1927, donde los refinados caballeros de la época jugaron fuerte. Había veinticinco mesas de ruleta y “punto y banca”. También sobre un lateral funcionó el Tigre Hotel, luego demolido en 1940.
Arte y lujo, con tu acompañante Vip de zona norte y el río
Casi como una metáfora de una época que llegaba a su fin, en la década del 30 el casino cierra. La actividad del club social empieza a declinar, y en 1933 el Tigre Club también cierra para siempre. En 1974, la Municipalidad de Tigre expropia el edificio, y luego es declarado Monumento Histórico Nacional en 1979. Desde 1983 fue sede del Consejo Deliberante local, y centro Cultural hasta 1997.
En 1998 empiezan las obras de recuperación edilicia para revertir el gran deterioro del inmueble. En 2006 fue reinaugurado como Museo de Arte de Tigre (MAT). Hoy cobija una colección de arte argentino de los siglos XIX y XX, con magníficas obras de Benito Quinquela Martín, Eduardo Sívori, Fernando Fader, Alfredo Lazzari, Víctor Cúnsolo y otros grandes maestros de las artes visuales.
También, junto a tu acompañante VIP de zona norte, encontrarás una hermosa muestra permanente en el museo: la de “Los Clubes de Remo” de Tigre. Con abundantes objetos, piezas históricas, documentación, pinturas y fotografías de época, se ilustra la riquísima historia de las 14 instituciones que pueblan las riberas de ese Delta. Son parte del patrimonio del distrito, donde el remo es tanto un deporte popular como una manifestación de la cultura zonal.
En resumen: es un paseo que no te puedes perder.